No hagas
suposiciones
El tercer acuerdo consiste
en no hacer suposiciones. Tendemos a hacer suposiciones sobre todo, el problema
es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto.
Toda la tristeza y los
dramas que has experimentado tenían sus raíces en las suposiciones que hiciste
y en las cosas que te tomaste personalmente. Como tenemos miedo de pedir una aclaración,
hacemos suposiciones y creemos que son ciertas, después. Siempre es mejor
preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento.
Solo vemos lo que queremos
ver y oímos lo que queremos oír. No percibimos las cosas tal como son.
A menudo, suponemos que
nuestra pareja sabe lo que pensamos y que no es necesario que le digamos lo que
queremos. Suponemos que hará lo que queremos porque nos conoce muy bien. Si no
lo hace lo que creemos que debería hacer, nos sentimos realmente heridos y
decimos “deberías haberlo sabido” asegúrate de que las cosas te queden claras. Una
vez escuches la respuesta, no tendrás que hacer suposiciones porque sabrás la
verdad.
Este es el tercer acuerdo: no
hagas suposiciones, decirlo es fácil pero comprendo que hacerlo es difícil. Lo es
porque, muy a menudo hacemos exactamente lo contrario. Tenemos todos esos hábitos
y rutinas de los que ni tan siquiera somos conscientes. Tomar conciencia de
esos hábitos y comprender la importancia de este acuerdo es el primer paso.
Actuar una y otra vez fortalecerá tu voluntad. Este es el camino hacia la
libertad personal.
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