Estima herida
Todas las heridas que están en
tu interior te encierran en una cárcel, la de tu propio cuerpo.
Muchas mujeres piensan de si
mismas lo peor, castigándose por cualquier error que hayan cometido. Pero llega
un punto en que se acostumbran a transcurrir en ese estado de fracaso
permanente, sin percibir que son ellas mismas quienes le otorgaron al otro el
poder de juzgarlas. La dependencia emocional te hace vivir buscando la aprobación
de los demás.
Pero el poder que las palabras
y los juicios de valor tienen sobre tu vida es el que tu le das.
No naciste
para rendir examen delante de los otros, nadie te debe nada y tampoco le debes
nada a nadie. Una estima herida guarda en si misma
miedo y no tiene tolerancia al fracaso. Debemos tomarnos el tiempo para
pensar en nuestros propios espacios y deseos, para no quedar atrapadas en los
anhelos y los sueños de los otros. No castigues a tu cuerpo con ofensas, el
recibe cada una de tus preocupaciones y las refleja.
Las mujeres solemos “quedar
atrapadas” en un mismo pensamiento por mucho tiempo y pareciera que no quisiéremos
salir de él. En tus manos están
El poder y la determinación de
detenerlo. Disfruta y goza de la vida. No dejes entrar a tu cuerpo nada que lo
dañe. No te relaciones con aquellos que te subestiman y hieren tus
sentimientos.
El rol que hayas asumido y que
no te permitió ser feliz hasta hoy puede cambiar. Reúne toda la información que
tengas acerca de tus gustos, preferencias, debilidades y fortalezas, y actúa de
acuerdo a esas necesidades básicas.
Una mente sana te llevara a
hacer lo necesario para recuperar y fortalecer tu estima. Una mujer con una
estima sana no tiene que demostrarle al mundo quien es.
Comentarios
Publicar un comentario