Los cuatro acuerdos. Miguel Ruiz


No te tomes nada personalmente

El segundo acuerdo consiste en no tomarte nada personalmente. 
Si te lo tomas personalmente, tal vez te creas cualquier cosa que se diga. El motivo de que estés atrapado es lo que llamamos “la importancia personal”. La importancia personal, o el tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos, que todo gira a nuestro alrededor. 

Creemos que somos responsables de todo. ¡Yo, yo, yo, siempre yo!
Nada de lo que los demás hacen es por ti. Lo que las personas hacen y dicen es una proyeccion de su propia realidad. 

Todos vivimos en nuestro propio sueño. El de nuestra propia mente; los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros. Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien nos dice, suponemos que sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos imponérselo por encima del suyo.

Cuando te tomas las cosas personalmente, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos. Del mismo modo, cualquier cosa que sientas o hagas no es más que una proyección de tus propios acuerdos.

Cuando realmente vemos a los demás tal como son sin tomárnoslo personalmente, lo que hagan o digan no nos dañara.

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