La vocecita. Blair Singer

¿Qué te impide ser la persona que deberías ser?

Si tu confianza en lo que podrías ser o quieres ser es débil, tu resistencia será fuerte y nunca lograras hacer lo que te propongas.

He visto a muchas personas que no desarrollan todo su potencial por dedicar su tiempo y energía a enfrentar todo tipo de resistencia. Si te sientes frustrado porque todavía no has explotado tu potencial, imagina como te sentirás más adelante, cuando tengas 50, 60, 70 u 80 años y te preguntes ¿Cómo fue que no lo hice? ¿Por qué no lo hice? Debí hacerlo.

La mayoría de las personas fracasan porque renuncian a lo que en verdad desean en favor de lo que quieren en el momento.
¿Cómo crees que se forja el futuro? ¡Tú lo haces!
Sin embargo, si esa vocecita gana, nunca veras tus sueños hechos realidad. 
En alguna parte del mundo hay alguien que a diferencia de ti, si está practicando y cuando lo enfrentes, te vencerá.

Si tienes una autoestima baja, harás lo que sea para sentirte bien en el momento,  ese es el origen de los bloqueos y la resistencia. Si has desarrollado la capacidad de salir de ti mismo, observarte objetivamente y decir espera, ¡me estoy menospreciando! Estarías empezando a ganar el juego, a controlar la vocecita.

¿Cómo te ves de aquí a cinco o 10 años: en un entorno y en una situación ideal?. ¿Quién serias? ¿Qué quieres tener? ¿Qué quieres lograr? ¿Qué deseas crear?

Escríbelo. Observa cuanto poder tienen. Interesante, no. Al no ser la persona que debes ser, no solo te defraudas a ti sino que permites que algunas cosas impidan que tus talentos, dones y sueños beneficien a otras personas. Técnicamente también estas traicionándolas. 

Entre la persona que eres hoy y la que quieres ser mañana hay un espacio, pero la naturaleza odia los huecos y los llena con algo. ¿Con que? Llenamos con esas tareas triviales, que en ese momento, nos parecen más importantes que nosotros, pero solo son ardides de nuestra mente.

Lo único que ocupa el espacio entre el “yo grande” y el “yo pequeño” es el valor que te das a ti mismo. Este puede retenerte o impulsarte, todo depende de tu vocecita.
         

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