Cuando nuestras vacas son
obsequios
Muchas de las vacas que nos atan a una vida de mediocridad nos fueron
obsequiadas por otros. Con frecuencia somos víctimas de las influencias
negativas de otras personas. Aceptamos su programación negativa sin cuestionamientos.
Al hacer esto, permitimos que siembren en nuestra mente falsas creencias
que nos limitan física, emocional e intelectualmente. Estas ideas que han
sido programadas por nuestros padres, profesores, familiares, amigos e
inclusive por perfectos desconocidos, terminan por hacernos creer que somos
personas comunes y corrientes. Y por ello hoy nos resulta difícil
creer que poseemos el potencial necesario para triunfar y alcanzar
grandes metas.
Es igualmente devastador permitir que las experiencias negativas del
pasado dictaminen nuestro futuro. Por supuesto que es importante aprender de
nuestros errores, pero no debemos permitir que los fracasos y las caídas del
pasado cierren para siempre las puertas de la oportunidad de éxitos futuros.
Tu futuro no tiene que ser igual a tu pasado. Siempre podemos aprender, mejorar y crecer. Todos tenemos la capacidad de darle un vuelco total a nuestras vidas en
cualquier momento.
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