¿Cual es tu vaca?
Al igual que con muchos
malos hábitos, la gran mayoría de nuestras vacas suelen pasar inadvertidas, lo
cual les permite ejercer un gran poder sobre nuestra vida. Es más, pocas
personas son inconscientes de ellas y un número aún menor admiten dar excusas. Sus razonamientos lejos de ser excusas son
simplemente explicaciones legítimas y puntuales de circunstancias que
convenientemente, se encuentran fuera de control.
¿Ves la manera tan fácil como
podemos racionalizar nuestros malos hábitos? Convertimos nuestros pretextos en “explicaciones
lógicas” a nuestros miedos preferimos llamarlos “precauciones acertadas” y
nuestras pobres expectativas han pasado a ser “una manera más realista de ver
la vida”.
Nunca admitiremos ser mediocres,
preferimos pensar que lo que estamos haciendo es estableciendo niveles
aceptables de rendimiento” esta es la razón por la cual a muchas personas les
es difícil aceptar que puedan contar con alguna vaca en su vida". Para ellas,
sus justificaciones no suenan como excusas. No todas las vacas mugen como
vacas. Ellas vienen disfrazadas de diferentes formas que las hacen menos
reconocibles y más aceptables. Preferimos llamarlas de mil maneras más
aceptables.
Si queremos triunfar,
tenemos que ser totalmente honestos con nosotros mismos. Y la honestidad
comienza por llamar las cosas por sus verdaderos nombres y no por expresiones más
sensibles o sustitutos más tolerables.
En esta metáfora la vaca
representa todo pretexto, justificación, mentira, racionalización, miedo o
falsa creencia que nos mantiene atados a una vida de mediocridad y nos impide
lograr la calidad de vida que de verdad merecemos.
Comentarios
Publicar un comentario