La vaca. Camilo Cruz

¿Cual es tu vaca?

Al igual que con muchos malos hábitos, la gran mayoría de nuestras vacas suelen pasar inadvertidas, lo cual les permite ejercer un gran poder sobre nuestra vida. Es más, pocas personas son inconscientes de ellas y un número aún menor admiten dar excusas.  Sus razonamientos lejos de ser excusas son simplemente explicaciones legítimas y puntuales de circunstancias que convenientemente, se encuentran fuera de control.

¿Ves la manera tan fácil como podemos racionalizar nuestros malos hábitos? Convertimos nuestros pretextos en “explicaciones lógicas” a nuestros miedos preferimos llamarlos “precauciones acertadas” y nuestras pobres expectativas han pasado a ser “una manera más realista de ver la vida”.

Nunca admitiremos ser mediocres, preferimos pensar que lo que estamos haciendo es estableciendo niveles aceptables de rendimiento” esta es la razón por la cual a muchas personas les es difícil aceptar que puedan contar con alguna vaca en su vida". Para ellas, sus justificaciones no suenan como excusas. No todas las vacas mugen como vacas. Ellas vienen disfrazadas de diferentes formas que las hacen menos reconocibles y más aceptables. Preferimos llamarlas de mil maneras más aceptables.

Si queremos triunfar, tenemos que ser totalmente honestos con nosotros mismos. Y la honestidad comienza por llamar las cosas por sus verdaderos nombres y no por expresiones más sensibles o sustitutos más tolerables.

En esta metáfora la vaca representa todo pretexto, justificación, mentira, racionalización, miedo o falsa creencia que nos mantiene atados a una vida de mediocridad y nos impide lograr la calidad de vida que de verdad merecemos.

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