Sin excusas
Estos años me han enseñado que todos los triunfadores comparten
algo en común. Ellos no tienen
excusas. No buscan justificar ante los demás por que las cosas son como son. No
se quejan de sus circunstancias ni inventan excusas para explicar por qué no
han alcanzado sus metas. Las personas exitosas simplemente entran en acción y
se encargan de hacer lo necesario para que las cosas ocurren.
Por supuesto que no siempre triunfan al primer intento,
pero nunca se dan por vencidos. Si tropiezan, se ponen de pie nuevamente y
emprenden con renovado entusiasmo su camino hacia los objetivos que persiguen.
Lo cierto es que el fracaso no es el enemigo del éxito, como muchas
personas piensan. Es más, las caídas suelen traer consigo grandes enseñanzas.
Si no fuera por los fracasos, no nos daríamos cuenta de los hábitos que
necesitamos cambiar o las conductas que necesitamos corregir para continuar
avanzando en la vida. El verdadero enemigo del éxito es la mediocridad.
Aspiramos a la grandeza pero nos contentamos con segundos lugares, queremos
vivir nuestra vida al máximo pero terminamos conformándonos con sobrevivir.
Para lograr resultados espectaculares en nuestra vida, primero
tenemos que deshacernos de todas las excusas que no nos
permiten utilizar nuestro verdadero potencial. En lugar de desperdiciar nuestro
tiempo tratando de evitar cualquier caída en nuestra vida. Lo que tenemos que
hacer es eliminar todas las excusas y las falsas creencias que
conducen a la mediocridad, teniendo en cuenta que los tropiezos y las caídas
son parte integral del camino al éxito.
Comentarios
Publicar un comentario