El primer amor
El estar enamorado, el poder dar y recibir, todas
esas cosas empiezan con un ser que es capaz de amarse totalmente a sí mismo. El amor a los demás está relacionado con el amor que te tienes a ti mismo.
Cuando reconoces lo que vales y lo bueno que eres, no
tendrás necesidad de que los demás apoyen y refuercen tu valor, si estás seguro
de ti mismo y tienes confianza en lo que piensas, no querrás ni necesitarás que
los demás sean como tú, respetarás su individualidad ya que son precisamente
esos rasgos que los diferencian y hacen que sean lo que son.
Si tu ser no vale nada o no es amado por ti,
entonces es imposible dar ¿Cómo puedes dar amor si no vales nada? ¿Qué valor
tendría tu amor? Y si no puedes dar amor, tampoco puedes recibirlo, después de
todo ¿Qué valor puede tener el amor que se le da a una persona que no vale
nada?
Puedes desafiar todos tus sentimientos de acuerdo a
tu habilidad de amarte a ti mismo, odiarte a ti mismo solo te llevará a
inmovilizarte y a perjudicarte.
Que la equivocación o el error te sirvan de
lección; no lo asocies con tu estima o autovaloración, no confundas nunca tu
propio valor (que es un valor dado) con tu comportamiento o con el
comportamiento de los demás hacia tu persona.
El lograr dar y recibir amor eficazmente
empieza en casa ósea por uno mismo, con el propósito de terminar con todo los comportamientos
que se han convertido en una costumbre y en una manera de vivir.
Comentarios
Publicar un comentario