El poder de crear y destruir
Las creencias son lo que
establece la diferencia entre una vida de alegre contribución y otra de miseria
y devastación. Las creencias son lo que convirtió
a algunos individuos en héroes, mientras
que a otros les indujo a llevar vidas de tranquila desesperación. Cada vez que nos
sucede algo en la vida, nuestro cerebro plantea dos preguntas:
1 ¿Significaba esto dolor o
placer?
2 ¿Qué debo hacer para
evitar dolor u obtener placer?
Necesitamos recordar que la mayoría de nuestras creencias son
generalizaciones sobre nuestro pasado, basadas en nuestras
interpretaciones de las experiencias dolorosas y placenteras.
Nuestras creencias tienen diferentes niveles de certidumbre e
intensidad emocional y es importante saber cuál es su verdadera intensidad. De
hecho he clasificado las creencias en tres categorías: opiniones, creencias y convicciones.
Alguien que lamente el es
estado de la educación pública tiene una creencia, pero si esa misma persona se
presenta voluntariamente para participar en un programa de alfabetización
tratando de cambiar las cosas, entonces tiene una convicción.
¿Cuál es la diferencia?
Sin lugar a dudas se
encuentra en las acciones que se está dispuesto a emprender. De hecho alguien
con una convicción se muestra tan apasionado sobre su creencia que está
dispuesto incluso a arriesgarse a ser rechazado, o hacer el ridículo en interés
de su convicción.
Recuerde que la convicción
tiene el poder para impulsarnos a la acción, de empujarnos a través de toda
clase de obstáculos.
Es vital examinar nuestras
creencias y sus consecuencias para asegurarnos si nos capacitan o nos están
limitando.
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